En las diferentes etapas de la vida aprendemos a interpretar miradas y palabras. Pero las miradas mas dolorosas son aquellas que llevan una despedida, una lagrima, una mentira, una decepción, un problema y una sonrisa que nunca fue correspondida. Nunca se olvida la primera mirada que cautiva la mente y que enamora el corazón. Nunca se olvida la primera lagrima que corrió en la mejía de una persona querida y en nuestra alma sentíamos el mismo dolor. Siempre guardamos esa mirada que interpreta una mentira para no volver a caer. No olvidamos aquellos ojos llenos de lagrima cuando nos han fallado o hemos fallado. Sabemos exactamente cuales son los ojos que interpretan "tengo un problema que no quiero decir". Y una de las mejores miradas aunque dolorosa es ver la sonrisa de esa persona que ha obtenido su deseo aunque no sea correspondido a nuestro favor. Así es como el corazón empieza a latir más fuerte, a luchar, a escribir y a querer ser escuchado no para ser dañado, sino para ser amado y correspondido. Una mirada puede matar nuestro corazón pero también una mirada que vale mucho mas que el oro puede darle un nuevo sentido de vida.
El título de esta nota me lo regalo un querido amigo. Espero que te guste. Gracias por alentarme a escribir día a día.
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